Encíclica Lumen Fidei
El viernes 5 de julio el Papa Francisco publicó su primera Encíclica.
Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios. La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. (Lumen Fidei , 4)
El Papa Francisco en la Vigilia de Pentecostés
PALABRAS DEL PAPA FRANCISCO
Plaza de San Pedro
Sábado 18 de mayo de 2013
Pregunta 1:
«La verdad cristiana es atrayente y persuasiva porque responde a la necesidad profunda de la existencia humana, al anunciar de manera convincente que Cristo es el único Salvador de todo el hombre y de todos los hombres». Santo Padre, estas palabras suyas nos han impresionado profundamente: expresan de manera directa y radical la experiencia que cada uno de nosotros desea vivir sobre todo en el Año de la fe y en esta peregrinación que esta tarde nos ha traído aquí. Estamos ante usted para renovar nuestra fe, para confirmarla, para reforzarla. Sabemos que la fe no puede ser de una vez por todas. Como decía Benedicto XVI en Porta fidei: «La fe no es un presupuesto obvio». Esta afirmación no se refiere sólo al mundo, a los demás, a la tradición de la que venimos: esta afirmación se refiere ante todo a cada uno de nosotros. Demasiadas veces nos damos cuenta de cómo la fe es un germen de novedad, un inicio de cambio, pero a duras penas abarca la totalidad de la vida. No se convierte en el origen de todo nuestro conocer y hacer. Santidad, usted ¿cómo pudo en su vida llegar a la certeza de la fe? Y ¿qué camino nos indica para que cada uno de nosotros venza la fragilidad de la fe?
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Pentecostés
En dos semanas nos encontraremos celebrando Pentecostés. El Espíritu Santo es el que ha construido la Iglesia con todas las facilidades y obstáculos que le ponemos a su acción.
La Iglesia siempre ha sido consciente de esto y suplica, como un mendigo, su presencia. «Sin mí no podéis hacer nada (Jn 15, 5)»
Oremos como hemos aprendido:
Χριστός ἀνέστη! Ἀληθῶς ἀνέστη!
¡CRISTO HA RESUCITADO! ¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO!
VICTIMAE PASCHALI LAUDES | OFREZCAN LOS CRISTIANOS |
Victimae paschali laudes Agnus redemit oves: Mors et vita duello Dic nobis Maria, Angelicos testes, [Credendum est magis soli Scimus Christum surrexisse Amen. Alleluia.
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Ofrezcan los cristianos Cordero sin pecado Lucharon vida y muerte «¿Qué has visto de camino, los ángeles testigos, Venid a Galilea, Primicia de los muertos, Rey vencedor, apiádate Amén. Aleluya
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